-Verás…-Decía entre lágrimas- Yo ya no puedo más. Tengo miedo de que cuando te despiertes…Yo no esté. Tengo miedo a perderte a ti también…
-Señorita, la hora de visitas ha terminado.
- Lo siento, me quedo a dormir aquí- Respondía día tras día.
-¿Otra vez? ¿Es usted familia directa de la paciente?-Decía cansada la enfermera.
- No, pero soy su mejor amiga.
-¿Es usted mayor de edad?
- No, pero tengo quin…
- Lo siento, chica. Ya es tarde, tu amiga necesita…Descansar.
Y cada noche se iba triste y sola a casa. Una vez hasta llegó a creer que Iván le dejaba su chaqueta, pero veía que nada era real. Su vida comenzaba a ser un desastre. Estaba lejos del chico al que quería y su amiga estaba en coma.
El viernes por la noche fue también al hospital, y tampoco pudo quedarse, así que triste y desolada se sentó en un banco a llorar.
-¿Estás bien? – Preguntó una voz masculina, como si no fuese de allí.
-Podría estar mejor – Dijo Haizea levantando la cabeza, cuando vio a un chico de increíbles ojos azules.
-¿Qué te pasa? – Dijo con un acento raro.
-¿Quién eres tú? – Preguntó Haizea.
-Perdona, qué… Emm… ¿Descortés, se dice?
-Sí, exacto – Repuso con ironía.
-Verás, me llamo Ulisse. Estoy aquí por trabajo- Dijo señalando con la cabeza el hospital.
-¿Trabajo tú? – Dijo sorprendida Haizea- ¡Pero si eres muy joven!
El chico rió dulcemente, y dijo en tono amable.
-No deberías estar sola por el centro a estas horas – Haizea deducía cada vez más que el chico era extranjero. ‘’Italiano, tiene que ser italiano’’ Pensó.
El joven Ulisse le sonrió otra vez , pero con más dulzura que anteriormente , algo que parecía increíble, y se fue sin decir nada más.
Siguiendo el consejo del extraño Ulisse, se fue a casa entre lágrimas aún, pensando en qué trabajaría aquel supuesto italiano.
Aquella noche se conectó a la red social, pero no había nadie demasiado interesante conectado. Siguió dándole vueltas a lo de Ulisse, ¿en qué trabajaría aquel enigmático chico , siendo tan joven?
Decidió coger el teléfono para llamar a Cristina y contárselo, para saber su opinión. Tomó el teléfono y marcó el número, pero en seguida colgó entre lágrimas; su amiga estaba en coma, no cogería el teléfono.
Se acostó en cama, no sin pensar una vez más en los ojos azules de aquel extranjero. Su acento, su manera de pronunciar de aquella manera ‘’Descortés’’ , era extraño. Como si aquella conversación le persiguiera. Cerró los ojos y comenzó a soñar.
A la mañana siguiente, Haizea recibió una bipolar sorpresa. Su prima estaba haciendo las maletas.
-¿Adónde demonios vas, Sara? – Preguntó medio dormida.
-¿No te acuerdas?-Respondió con otra pregunta su prima- Solo me iba a quedar unos meses contigo. Hoy es el último día que asisto a tu colegio; voy a despedirme.
Haizea abrió los ojos , completamente espabilada
-Sara, no te puedes ir ahora.
- Pero mis padres ya han llegado.
-Pero Iván se ha ido, Cristina está en coma, Marina, Mel y Sergio están deprimidos. ¿Con quién estaré yo ahora?
-Tenemos menos de veinticuatro horas juntas, más vale que las aprovechemos-Sara hizo una pausa- Y apura, sonará raro, pero no quiero llegar tarde a clase- Dijo doblando una camiseta roja.
Caminaron decididamente al colegio, no llegaban tarde, así que se quedaron a hablar un rato con el panadero.
-Siento mucho lo que le ha pasado a tu amiga, Haizea- Dijo Ricardo.
- No pasa nada, señor Panadero…
- Y también siento mucho lo de aquel pobre chico, Iván.
- Es una lástima, él no tenía la culpa- Dijo Sara, con una microlágrima asomando en sus pestañas- Llegaremos tarde.
Después de despedirse, entraron en el edificio. Haizea y Sara buscaban nerviosamente con la mirada a Sergio, que apareció detrás de ellas
-Hola, chicas- Dijo secamente.
- Vaya, no nos has asustado esta vez- Dijo Sara abrazándole. En seguida, Haizea se unió al abrazo.
-¿Qué tal estás? – Preguntó.
- Mal
Sonó el timbre de entrada, y los alumnos subieron las escaleras y llegaron a clase. Encontraron escrito en la pizarra ‘ Sal-va-to-re ’
Rápidamente, Sara agarró el brazo de su prima, y dijo:
-Menudo pivón. Una pena que no me quede para ver la que se monta, pero más te vale contarme por Tuenti, malvada
Pero su prima no le hizo caso, y se sentó al lado de Sergio, pensando que ahora Sara vería con buenos ojos a algún compañero.
De repente, escuchó una voz extrañamente familiar.
-Buenos días a todos. Me llamo Ulisse Salvatore, y soy vuestro nuevo tutor. Vuestra profesora se ha…-Dudó unos minutos- Jubilado.
Haizea no levantó la vista, ya que seguía pensando en el chico de ayer, y creyendo inicios de una obsesión, se fue a su mundo.
-Haizzea Riapo…Riapozzo Sifuentes- Escuchó.
-Presente- Dijo inmediatamente , levantando la cabeza y vio al chico de ojos azules- ¿Ulisse? – Preguntó- ¿Eres profesor?
- ¡Haichea! – Dijo - ¿Ese es tu nombre?
- Te daré clases para pronunciarlo mejor, tanto nombre como apellidos- Rió.
-Después de esta agradable sorpresa…Debo comunicaros que también soy vuestro profesor de música- Dijo Ulisse arrastrando el teclado que había en la esquina de la clase, y enchufándolo- Sabéis que se ha muerto una de las grandes de la música, Whitney Houston, ¿verdad?- Todos asintieron con la cabeza- ¿Y cuántos habéis visto El Guardaespaldas? – Levantaron todos la mano.
-Tuvimos que verla para música, sacar conclusiones, y esas cosas.
-¡Perfecto! – Exclamó Ulisse- Vamos a cantar todos I Will Always Love You. ¿De acuerdo?-Frotándose las manos, la mayoría de la clase se estiró- Entráis en el estribillo.
Ulisse comenzó a cantar mientras con suavidad tocaba el piano:
If I should stay,
I would only be in your way.
So I'll go, but I know
I'll think of you ev'ry step of the way.
And I will always love you.
I will always love you.
You, my darling you. Hmm.
Bittersweet memories
that is all I'm taking with me.
So, goodbye. Please, don't cry.
We both know I'm not what you, you need.
Haizea no dejaba de pensar ‘’ Qué voz tan bonita tiene, y su perfecto inglés’’ mientras suspiraba, y todos entraron a coro
And I will always love you.
I will always love you.
Todos cantaban mirándose alegres, mientras Sergio, Haizea y Sara lloraban abrazados. Todos callaron, incluso Ulisse, que parecía no saberse el resto de la letra, comenzó un solo de piano.
Entonces, Sara , con voz firme y con una lágrima en el rostro, cantó:
I hope life treats you kind ...
Haizea y ella cantaron a la vez:
And I hope you have all you've dreamed of.
And I wish to you, joy and happiness.
Y finalmente, con una voz llena de gallos siguió Sergio:
But above all this, I wish you love.
Y Ulisse se unió solo con una voz increíblemente preciosa para un hombre:
And I will always love you.
I will always love you.
I will always love you.
I will always love you.
I will always love you.
I, I will always love you.
Haizea creía que iba a desmayarse en cualquier momento, y se sonrojó cuando Ulisse cantó las dos últimas frases guiñándole un ojo:
You, darling, I love you.
Ooh, I'll always, I'll always love you.
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